Luz y agua: el Equipo Impulsor nos invita a reflexionar

June 12, 2024

Una persona gasta aproximadamente 142 litros de agua al día. Según NU más de 800 millones de personas solo tiene acceso a menos de 50 litros de agua al día.

¿Cómo gestionamos nuestros recursos?

En el marco del Día mundial del medio ambiente (5 de junio), realizamos varias actividades relacionadas con el cuidado y la toma de conciencia. En esta línea integrantes del Equipo Impulsor propusieron una experiencia, para todos los sectores del colegio, denominada: “Luz y agua”.

La experiencia Luz y Agua trabaja con dos de nuestros ODS prioritarios: ODS 6: agua limpia y saneamiento, y ODS 7: energía asequible y no contaminante. Nos invita a tomar dimensión de nuestras acciones a partir de experiencias lúdicas, y a reflexionar en conjunto qué hábitos es posible incorporar para mejorar el aprovechamiento de nuestros recursos.

¿De qué manera inciden la luz y la oscuridad en nuestras vidas?

La oscuridad puede promover la secreción de hormonas que, además de ayudar a conciliar el sueño, representa un aliado para conservar un estado saludable. Nos proporciona un espacio con menos estímulos, que favorece un mayor estado de relajación.
La luz solar nos da energía e influye positivamente en el estado de ánimo. También es esencial para la producción de vitamina D, lo que beneficia la salud ósea y el sistema inmunológico. Además, la exposición a la luz solar ayuda a regular los ritmos circadianos, mejorando el ciclo sueño-vigilia.

Datos que sorprenden: ¿Lo sabías?

  • Cada vez que una persona se baña utiliza el agua de 9 bidones (de 6 litros cada uno).
  • Cada vez que una clase se lava las manos o se cepilla los dientes utiliza el agua de 18 bidones.
  • Con 30 lavados en lavarropas perdemos toda el agua que entra en una piscina de 1500 litros.
  • Con el lavado de 5 autos perdemos toda el agua que entra en una piscina de 1500 litros.

Las energías y sus “pero”:

  • Fotovoltaica (renovable): Convierte la luz solar en electricidad usando paneles solares, pero la producción y eliminación de estos puede generar residuos tóxicos y contaminación.
  • Hidráulica (renovable): Genera electricidad mediante el movimiento del agua, utilizando represas y turbinas para transformar la energía cinética en energía eléctrica. Pero, la construcción de represas puede causar daños ambientales como la alteración de ecosistemas acuáticos y la dislocación de comunidades humanas.
  • Eólica (renovable): Aprovecha la fuerza del viento con aerogeneradores que convierten la energía cinética del aire en electricidad de manera limpia y sostenible. Pero, las turbinas eólicas pueden representar un peligro para la vida silvestre, especialmente para aves y murciélagos.
  • De biomasa (renovable): Se obtiene de la combustión o descomposición de materiales orgánicos, como residuos agrícolas y forestales, para producir calor o electricidad. Pero, la quema de biomasa puede liberar contaminantes y dióxido de carbono, contribuyendo a la contaminación del aire.
  • Generación térmica (no renovable): Convierte la energía térmica en electricidad, normalmente mediante la quema de combustibles fósiles como carbón, gas natural o petróleo. Pero, la quema de combustibles fósiles emite grandes cantidades de gases de efecto invernadero, contribuyendo al calentamiento global y la contaminación del aire.

Entonces, ¿qué hacemos?

Aunque las energías de fuente renovable como la hidráulica, eólica y fotovoltaica tienen menos impacto en el ambiente, podemos observar que, en mayor o menor medida, todas afectan al planeta. Entonces, ¿qué hacemos?  
Aceptamos nuestra responsabilidad y el desafío de observar las prácticas que llevamos a cabo día a día. Nos proponemos y te proponemos repensarlas de ser necesario para reducir su impacto.

Observemos, preguntemos, ¡actuemos!